lunes, 12 de mayo de 2008

CRÓNICA DE UN VIAJE AL PARAISO


Huamachuco, naturaleza que conmueve
CRÓNICA DE UN VIAJE AL PARAISO

Por: César Lescano G.- Catorce de agosto, frío intenso en Trujillo, observo detenidamente mi reloj que marca las dos de la tarde y el bus que ha de llevarme a Huamachuco. Éste se encuentra casi listo para su recorrido de aproximadamente 6 horas. Muchas de las personas que viajan conmigo van por primera vez a esta impresionante tierra de grandes atractivos turísticos y religiosos. Escucho los comentarios de algunos de ellos mencionando que los días en Huamachuco se tiñen de un frío impertinente y las noches de un silencio adormecedor, pero yo tan solo pienso en llegar y quedarme nuevamente admirado por el celeste y bello cielo serrano, por sus parajes arquitectónicos y naturales, así como por su sorprendente feria patronal.

Han pasado casi 5 horas de viaje y ya puedo observar el gallardete izado el 29 de julio, como símbolo de inicio de las fiestas patronales en honor a la Santísima Virgen de Alta Gracia, donde miles de personas demuestran diariamente su fervor religioso, tanto de las zonas urbanas como rurales.

Mi visita a Huamachuco no trasluce el mosaico de pueblitos agrupados a su alrededor. En su cristalino amanecer, la zona andina invita a no desconfiar de su belleza, tal como lo hicieron los hombres del Imperio de los Incas cuando llegaron a poblar la región y convertir a Huamachuco en una reliquia escondida en la profundidad de silencios e inmutables precipicios, donde el tiempo, en su marcha inexorable, parece no haberse detenido.

Siete de la noche, por fin hemos llegado. Al bajar del bus se escucha cómo la gente viene celebrando al compás de las bandas de músicos. Otros vienen preparando lo que será un memorable homenaje a los 454 años de Fundación de Huamachuco. Tomo un café para adecuarme, restablecerme y seguir con mi trabajo. Al pasar dos horas en Huamachuco toda la población se concentra en su enorme Plaza de Armas, considerada por muchos historiadores como una de las más grandes del Perú. En esta plaza se realizará un megaevento con la participación de reconocidos artistas nacionales, además de la quema de bombardas y fuegos artificiales, lo más esperado. Así, Huamachuco se viste de gala para recibir su aniversario tras 4 horas de espectáculo, diversión y algarabía


Quince de agosto, me despierto y veo cómo la gente luce sus mejores prendas. Es fiesta, dicen muchos de ellos. Para muchos la misa central es lo más importante y allí están autoridades y pobladores que algún día tuvieron que dejar su tierra por cosas del destino. Es la misa de la Virgen y del recuentro de huamachuquinos. La misa está por concluir el padre da la bendición y a las afueras de la Catedral se observa la presentación de conjuntos folclóricos de los diversos distritos y pueblos de la provincia.
Figuran Las Pallas, Las Ñustas, Los Incas, La Contradanza, Los Huanquillos y Los Turkos. La vestimenta de los danzarines de este último grupo es parecida a la de los incas, con la única diferencia que portan en su cabeza un pañuelo y sobre él una corona de flores de papel de distintos colores. Todos ellos acompañaran en su recorrido por la Plaza de Armas a la patrona de Huamachuco


Tres de la tarde y ya se observa que la Santísima Virgen se encuentra en la puerta de la Catedral. Hay quema de cohetes y se escucha alegres dianas interpretadas por las bandas de músicos. La venerada imagen de la Virgen sale en procesión. La gente en gran multitud acompaña derramando signos de devoción, algunos con las manos juntas; al parecer en señal de agradecimiento por algún milagro. Los miembros de la Hermandad, vestidos de hábitos, cargan la milagrosa imagen. En esta ocasión se le aprecia con un vestido color turquesa, bella tal como es ella.

Acompañando la procesión me encuentro con un viejo huamachuquino. Él me cuenta que en un discurso titulado “Maria Madre Espiritual de América”, el padre Blas Piñar explicó sobre el origen del advenimiento de la Virgen María a nuestro continente. Ante esto, refiere en la historia de Huamachuco, que en el año de 1551 arribaron a esta ciudad las primeras misiones de Padres Agustinos con el fin de combatir las idolatrías de los naturales. Así, los evangelizadores agustinos de Huamachuco, encabezados por Fray Juan de San Pedro y Fray Juan del Canto, hicieron conocer en esta región a la Madre de Alta Gracia, por lo que se reconoce como la “Virgen Conquistadora”, “Patrona de la Ciudad” y la “Gran Evangelizadora” que con su bondad y sus “caricias maternales” hizo posible que nuestro pueblo reciba el tesoro inapreciable de la religión, siendo designado el día 15 de agosto de cada año como la fecha central de su festividad, coincidente con el día de la Asunción de la Santísima Virgen a los cielos.

Quedo sorprendido con su relato y conversando un poco más acerca de la Virgen, me corta y menciona que, desde su santa presencia en esta zona, son muchos los milagros concedidos a personas, propias y ajenas a esta fiel ciudad de Huamachuco.

Ya casi son las 6 de la tarde. La sagrada imagen está por regresar a la catedral que la acogerá hasta el otro año. Las campanas del majestuoso campanario empiezan a repicar, éstas anuncian la llegada de la Virgen a su trono. La gente mira el bello rostro de la Virgen, muchos lloran, aplauden y al parecer expresan su sentimiento de nostalgia por no encontrarse en Huamachuco.

Después de un día de expresión religiosa, es momento de visitar los atractivos con los que cuenta Huamachuco. En primer lugar descubriremos la majestuosa laguna Sausacocha, “laguna de ensueño”. Allí, los pobladores explican el origen de la laguna con subjetivas leyendas y mitos. Según su toponimia, Sausacocha quiere decir: Sawsi-Sauce y Cocha-Laguna, o sea “Laguna rodeada de sauces”. Tiene una profundidad de 12 metros y una extensión de 172 hectáreas, permitiendo la navegación de pequeñas embarcaciones; pero, fundamentalmente sirve como criadero de truchas y carpas; además es hábitat de patos, gallinetas y otras aves.

Por el camino a Sausacocha, se encuentra la vía que nos lleva a las aguas termales de Yanasara. Allí, la naturaleza conmueve al visitante. Dicen los visitantes que antiguamente este lugar era una hacienda. Hoy se ha convertido en un lugar turístico que alberga cientos de visitantes que gustan de sus hermosos paisajes y sus noches estrelladas.

Después del baño en Yanasara y de regreso a Huamachuco, pasamos por el “Agua de Los Pajaritos”, uno de los atractivos más sugerentes y pintorescos que tiene Huamachuco. Éste, es un manantial que surge como una fuente de agua natural que se filtra entre las rocas del cerro Santa Bárbara. Se tiene la creencia que este afluente de agua conserva la salud, juventud y alarga la vida, por lo que se debe tomar un vaso de agua en ayunas.

Dieciséis de agosto y es hora de regresar a Trujillo. Viajo convencido que Huamachuco se ha convertido en un importante destino turístico al que tenemos que valorar; pero, para ello, el gobierno regional, el gobierno local, autoridades del INC y pobladores deben tomar medidas conjuntas para un desarrollo sostenido de este inolvidable paraíso turístico.


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