jueves, 15 de mayo de 2008

VERSOS DE ALEGRÍA EN EL MANSICHE


Por: César Lescano G.- Aún recuerdo aquel 25 de enero, en el estadio mansiche, cuando el equipo de la Universidad César Vallejo se presentaba ante la afición Trujillana. Los aplausos de los miles de aficionados se mezclaban con las jugadas de los “poetas”. Eran los primeros trotes de los vallejianos.
Han pasado cinco meses desde aquel encuentro y la hinchada trujillana comienza a identificarse con los “poetas”. Guardan una suerte de amor a sus representantes, se regocijan ante las llegadas de Orejuela, Cordero o Carbajal. Todo Trujillo conoce el juego vallejiano. Cuando el “pato” Carbajal corre por la banda izquierda, el público se emociona, grita… llévalo, tú puedes…vamos. No hay duda que se ha ganado su lugar en el equipo.
Y que decir del máximo artillero de los “poetas”. Carlos Orejuela a la décimo octava fecha del apertura ha anotado cuatro goles en cuatro partidos, sin duda, el más efectivo de los trujillanos. Desde aquella tarde en Arequipa, donde los “poetas” lograron un valioso empate, justamente con gol de Orejuela, los vallejianos han mejorado notablemente, salvo el declive en Lima ante Cristal.
Líneas arriba hablaba sobre el amor a los poetas, aquellos que nos regalan tardes de alegría en el Mansiche. Jugadores de gran experiencia gozan, sufren por quedarse con los tres puntos. Dicen que ese amor nace con una sonrisa, luego se llena de emociones, alegrías, pero en ocasiones termina con lágrimas. Hoy más que nunca me siento convencido que este amor a los “poetas” terminará con lágrimas de triunfo, de gozo; lágrimas de júbilo por ver a nuestro equipo clasificado a una copa internacional.
El amor no se consigue gratis, el apoyo menos, hay que conseguirlo en base a esfuerzo y trabajo. Para ello trabajan diariamente y así un miércoles o un domingo, demostrar a su hinchada que la frase “Fuerza Vallejo” está bien dicha.
Así lo demostraron en estos últimos encuentros, frente a Cienciano la garra, la técnica y la capacidad goleadora de Orejuela llevaron al triunfo a los “poetas”. Un alicaído cuadro cuzqueño no mostraba argumentos en el mansiche, venía de una eliminación en la copa libertadores, Trujillo explosionó con el resultado.
Luego vendría Bolognesi de Tacna, el partido se tornaba frío como la tarde trujillana, pero una excelente jugada del “pato Carbajal” por la banda que más domina, un pase directo, como si fuera con la mano, a la cabeza de Carlos Orejuela permitieron a los trujillanos abrir el marcador. Luego, tras un pase del “patón” Zúñiga, Víctor Carbajal rompió el silencio de lo Trujillanos y concretó el 2-0 para los “poetas”. Ya de visita en Huancayo se robó un punto a los “mineros”, la igualdad nos llevaría a sumar 23 unidades y ubicarnos en un octavo lugar muy apretado. La campaña poeta trazaba líneas en sus versos, líneas de triunfos. Correctos en su juego táctico, fallas por la seguidilla de partidos, pero como dicen muchos hinchas trujillanos lo importante es que sumamos y avanzamos.
El partido con los churres debería ser tan memorable como el contundente 3-1 en la cálida Sullana, dicen algunos periodistas que en la repetición está el gusto. Los churres vendrían a cobrarse la revancha, pero sabían de la dificultad que tendrían.
Ya en el partido, los hinchas brotaban vivas para los poetas, es donde me doy cuenta del amor a los poetas, la gente trujillana observa a su equipo peleando hasta al final. El primer tiempo fue bostezante, pero era claro que los dueños de casa harían respetar el cuadrado del mansiche. Trujillo se lo merece. Lee Andonayre ascendía esporádicamente por la banda izquierda tratando de hacer daño a los churres, pero el guardavallas, Jorge Rivera, sullanense no lo permitía, parecía que la paridad en el mansiche se daría en esta fecha. Acostumbrados al sufrimiento y ya agonizando el partido, al minuto 85 un centro certero al nivel del campo jugo para un Gabriel García bien ubicado, quien empujó la redonda hasta el fondo del arco. La tribuna gritó el gol esperado, parecía que todo terminaba y el goleador poeta no podría quedarse atrás, en los descuentos, Orejuela se hizo presente como de costumbre y la afición trujillana volvió a sonreír, a ponerse de pie ante la celebración del goleador vallejiano. Luego de la celebración el árbitro dio por terminado el encuentro. El abrazo, los besos los gritos de aliento eran para los poetas. Trujillo quiere una copa internacional y si seguimos escribiendo versos de alegría y caminando por la senda del triunfo tendremos una infinidad de emociones de ver a nuestro equipo jugando ante clubes internacionales en el sintético del mansiche.

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