martes, 16 de septiembre de 2008

Cinco días con César Acuña



CRÓNICA

UN HOMBRE INCANSABLE Y PERSEVERANTE
Cinco días con César Acuña

Por César Lescano G.- Cuando me dieron la noticia que acompañaría al alcalde de Trujillo en su trajinar cotidiano, quedé en una especie de shock, asustado, pálido –me encontraba- no podía establecer las ideas en mi cabeza. Fue una sorpresa la cual no concebía por la sencilla razón que creía que aún no era el momento.
Me encontraba en una reunión de personal cuando uno de sus hombres de confianza ingresó y busco rápidamente con su mirada a quien escribe estas letras, me llamó y me dijo: vamos que el ingeniero quiere conversar contigo, accedí y fácilmente me encaminé a su oficina. Subimos al segundo nivel, abrimos la puerta y entablamos un cruce de palabras en unos escasos cinco minutos.
Acepté la propuesta, pero siempre con el pensamiento que me faltaba un poco de capacitación para estar a su lado. Pensé rápidamente y me dije a mi mismo, quizás sea parte del destino, por lo tanto no habría problema. Esperaría el día donde empezaría esta nueva experiencia.
Por la mañana del martes se iniciaba un paro de transportistas, la cita era a las siete, la “casona” sería el lugar. Me desperté y después de las necesidades cotidianas, caminé como de costumbre hasta mi Alma Mater, claro que esta vez sería diferente.
Esa mañana no tuvimos actividad. Ya en la tarde, 3:30 exactamente, nos reunimos en el lugar de siempre, con las cosas en mano, cámara y laptop, subí al vehículo que nos transportaría. Las calles estaban desoladas, el paro se había desarrollado de tal manera que pocos eran los que realizaban sus actividades con normalidad.
Primera parada. Av. La Perla, una nueva avenida que el Ing. César Acuña Peralta, como alcalde, abrirá para seguir descongestionando el tránsito vehicular. Bajamos del vehículo, saludé al alcalde, me dijo: bienvenido al equipo, me presentó como su nuevo fotógrafo y mencionó que también haría las notas de prensa.
El alcalde provincial de Trujillo, César Acuña Peralta, era aclamado por los vecinos mientras dialogaba con los dirigentes de la zona. En ese momento pude darme cuenta que Trujillo desconoce su labor. Su realidad y su acercamiento al pueblo. Me quedé pensando que es del periodismo trujillano, porque no informa de aquellas obras, de la labor del alcalde, al mismo tiempo que me preguntaba, me respondía de la realidad de mis queridos colegas.
El ingeniero atinó a caminar ante la multitud que se acercaba, el lugar era una especie de arenales divididos por piedras, montículos de basura, viviendas, si es así como se les puede llamar, hechas de esteras y con una bandera peruana en el techo de calamina que suena y se levanta por el fuerte viento que hace en la zona.
Nuestro alcalde se estaciona en una especie de vereda y observa a lo lejos el lugar, la gente conversa con él y menciona que muy pocas veces las autoridades llegaron a su zona. César Acuña les pide que no se preocupen por que muy pronto todo cambiará, que con su gestión podrán tener todas sus calles asfaltadas.
“Con esta avenida se logrará descongestionar las calles adyacentes, como el caso de la Av. Huamán y así poder convertir a Trujillo en una metrópoli con todas sus calles asfaltadas y agilizar el tránsito vehicular en la ciudad”.
Acuña Peralta dijo que para noviembre se espera la aprobación de los expedientes técnicos y legales para que en enero próximo se inicie la construcción de la ansiada obra que por largos años esperan los moradores de las urbanizaciones Monserrate, Galeno e Ingeniería.
“Estas obras son de suma importancia para modernizar la ciudad de Trujillo, para ello necesitamos trabajar en conjunto y así poder consolidar lo que hoy tienen en el papel una gran prolongación que servirá, además, para el desarrollo urbano de esa parte de la urbe”.
Luego de caminar y observar el futuro de esta avenida, la cual se extiende en un área de 32 mil metros, subimos a nuestro transporte y nos encaminamos a la municipalidad. Al llegar encontramos a diferentes personas en el salón consistorial. Personas que esperaban ser atendidas por el alcalde. Bueno, que pasen dijo.
Alcaldes vecinales y personas de toda clase social, esperaban exponer sus propuestas y buscar solución a sus problemas. La disponibilidad con la que cuenta César Acuña para escuchar a un promedio de 50 personas volvió a sorprenderme. Mientras nuestro alcalde atiende, redacto la nota de prensa sobre la construcción de la Av. La Perla.
Escucho atentamente las exposiciones de la gente, algunos lloran, la mayoría halagan la forma como viene realizando su gestión. “Ingeniero, usted es el alcalde del pueblo. Usted siempre visita los territorios vecinales, no es un alcalde de oficina, siga así Sr. Alcalde”. Son frases que repiten los que llegan a su despacho.
Los alcaldes vecinales apuntan sus avances, piden apoyo para las urbanizaciones y el alcalde mira a sus gerentes como diciéndoles que pongan atención a lo que la población requiere. Seguridad ciudadana viene poniéndose acorde con lo que el alcalde desea. “Trujillo se convertirá en una ciudad segura y libre de delincuencia”, recalca a cada momento.
Las horas han pasado, y veo por la ventana de la municipalidad que la luz artificial de la plaza de armas ya se encuentra en todo su esplendor, es hora de enrumbar a descansar. El primer día junto al alcalde está por terminar. Cansado y con poco ánimo, pero todavía tengo ganas de aprender. Siento que estoy aprendiendo y conociendo la humanidad de César Acuña Peralta.
El segundo día de mi travesía junto al alcalde fue casi similar, desde tempranas horas en el lugar de siempre empezaban a reunirse todos sus acompañantes. Este segundo día empezaba a sentirme un poco raro, pero a pesar de ello estaba contento por trabajar a su lado.
La primera parada fue en la Municipalidad donde sostuvo una reunión con unos empresarios que tienen en mente construir uno de los edificios más modernos de la ciudad de Trujillo. Un proyecto el cual necesita del permiso de la Municipalidad para su construcción. Este proyecto es un centro empresarial, el cual se convertirá en el centro financiero más importante del norte del país.
Luego de aquella reunión pasaríamos al Salón Consistorial donde se haría entrega de cheques por montos que van desde 120 a 2,500 soles, otra cosa que la población en su conjunto desconoce. La alegría y cordialidad del alcalde se reflejaba en su rostro humanitario cuando hacía entrega de cada cheque. Yo había escuchado vagamente de aquel gesto del alcalde, pero no sabía en qué momento se realizaba y mucho menos que se daba todas las semanas el día miércoles, denominado por la misma autoridad como el día de la felicidad.
Y mucho menos sabía que se hacía públicamente, ahora me daba cuenta que su gestión tienen un rostro humano, con ello demuestra a la población trujillana que sus contribuciones son bien invertidas.
“Si las obras son importantes para el desarrollo de la ciudad, también es muy importante la inversión social y este poco o mucho dinero que reciben, sepan invertirlo bien. Si lo hacemos público la entrega de cheques es por que nada tenemos que esconder y los que reciben no deben sentirse avergonzados por algo que soluciona sus necesidades”.
Gran gesto del alcalde, quien espera las verificaciones de su personal a la población que solicita apoyo a la municipalidad y así saber si las necesidades planteadas son reales y son de extrema pobreza, confirmando aquello se hace entrega de los cheques que servirán para apoyar con la solución de lo planteado por los pobladores.
Por la tarde del miércoles no habría trabajo, regresé a mi lugar de siempre.
Ya el jueves empezaría un nuevo día, la primera actividad fue la participación del alcalde en la inauguración de una audiencia pública organizada por el Consejo de la Prensa Peruana, donde participó, también, como presidente del AMPE y firmó un convenio sobre la emisión de información de las municipalidades en sus páginas web y el hacer conocer a la población sobre la gestión que realizan las entidades públicas.
Pasada esta actividad nos dirigimos a las avenidas Villarreal y Pesqueda, donde el alcalde subido en un cargador frontal dio inicio al derrumbe de las paredes que obstaculizaban el acceso vial en la zona sur este de la urbanización popular La Rinconada, que colinda con las faldas del cerro Pesqueda.
Después de esto las familias del lugar agradecían al alcalde por lo que en un futuro se convertirá en la avenida Camino Real. Los pobladores no podían creer que esta obra se haga realidad después de venir gestionándola por más de 30 años.
Anunció que este año se hizo la apertura y la limpieza de la zona, para que los choferes puedan transitar con sus vehículos por ella y que el próximo año 2009 será asfaltada esta nueva avenida, así como se construirá sus sardineles y veredas.
“Por si acaso - dijo una vez más- no me han hecho llegar memoriales para hacer esta obra, tampoco voy a esperar eso. Mi gestión como alcalde es mejorar la ciudad, hacerla más verde y limpia”.
Ni el polvo ni los huecos de estas calles sin asfalto impiden que el alcalde recorra los lugares más olvidados, su trabajo esta con la población, porque él ha nacido para servir y no servirse.
De regreso a la municipalidad, César Acuña se reunió con una misión del Banco Mundial, entidad financiera, presidida por el funcionario Ivo Imparato, también estuvo el analista Ricardo Bertalmio Rubial del Banco Continental, que dialogaron ampliamente con el alcalde. El dialogo fue sobre el asesoramiento y el financiar importantes proyectos para impulsar su desarrollo como ciudad, teniendo en cuenta que es una urbe que registra un notable crecimiento económico y poblacional.
Las horas pasaban en palacio municipal, estaba conociendo una infinidad de cosas, pero extrañaba la universidad, sentía que mi libertad la estaba perdiendo con el paso de los días, tan sólo quería que acabe el día o que entremos en actividad, quería seguir aprendiendo para demostrar al alcalde que tengo muchas ganas de crecer profesionalmente, necesitaba más experiencia y capacitación para el trabajo asignado.
En la universidad conocía todo lo que hacía, ya sabía la forma como realizar las cosas, ahí era mi lugar y para trabajar con César Acuña esperaría ganar ese puesto con mi trabajo y no con una recomendación, tendría que ser yo el que gane estar a su lado, que él conozca mi trabajo y analice o que sepa del trabajo que hago diariamente.
Su trabajo no cesa, no descansa, es un hombre que no deja nada a medias, sus ideales son de una persona exitosa. César Acuña traduce su bondad en sus obras sociales, sus formación en base a valores éticos y morales hizo que sea persona muy sensible con los pobres.
En el lugar donde se encuentre no hay persona que deje de reconocer su trabajo, los niños gritan su nombre, los taxistas le dicen: estamos contigo y es como él dice, puedo caminar tranquilo por las calles porque no tengo nada que ocultar, no he hecho mal a nadie, y ya verán que todos me quieren.
El viernes visitamos los clubes de madres, seis fueron a los que acudimos, pude conocer parte de la pobreza, en ellos el alcalde inauguraba el taller productivo de crianza de cuyes. Las horas avanzaban y a pesar de la oscuridad en algunos locales, donde las madres esperaban con ansias la presencia del alcalde, él cumplía con su promesa de acudir a su llamado. Los pedidos siempre son bienvenidos repite, pero sólo se cumple lo que se puede.
Durante cinco días pude darme cuenta que nuestro alcalde y que para mí es mi rector fundador, o simplemente el ingeniero, realiza cosas que en nuestra ciudad muchos no conocen y que, como él menciona a cada momento, hay que servir a los demás, que hay que agradecer cuando una ciudad te brinda su confianza y ello se puede hacer con obras y así logar uno de sus objetivos, el cambiar Trujillo, hacer que sea una ciudad moderna y así los trujillanos sientan que no se equivocaron al elegirlo como el alcalde de Trujillo.